... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

16 de septiembre de 2012

Me corro por los pezones

Buenas,

dicen los sabios que lo mejor para un regreso es un gancho poderoso, pues ya lo tenéis en el título. Era una frase que decía mucho un amigo en lo que se tocaba los susodichos. Un espectáculo, dado que tenía el físico de Skeletor pero en flaco. Para los lectores más joven, Skeletor era un esqueleto supercachas que luchaba contra He-Man en uno de los dibujos más tristes que nos ha dado la televisión. ¿Como iba a ganar alguna vez el esqueleto al otro que tenía músculos que ni existen? Además, la trama era triste, tristisérrima. Pero entre ver a He-Man o a Marco ....

¿Cómo es que vuelve el blog? ¿Ha sido por la masa social que diariamente la vuelta? ¿Tenía necesidad de decir que se corria por los pezones? Nada de eso, aunque es una frase que horripila al medio calabacín y que a mí me hace mucha gracia. Vuelvo por que tengo que hacer una movida importante y urgente, y estoy dilatándola lo más posible. Triste pero real. Son muchos años de perrez extrema como para cambiar a estas alturas de la vida.

¿Y por qué eyaculo por lugares que no es posible (gracias a Dios)? Pues por que he hecho hoy un pastel de plátano que no he podido por menos que tocarme los pectorales con el mencionado final. ¿Y cómo ha sido eso? Por tres razones. Primero, he aprovechado unos plátanos sobre los que planeaba la sombra de la basura, y me costaron un dinero. Segundo, está cojonuda. Tercero, he probado el horno en funcionamiento con temporizador (lo que tiene leerse las instrucciones) y ha salido sobresaliente. Más contento.

Pastel de plátano

  • Platanos renegrios (negros como el culo de un escarabajo pelotero)
  • Dos tazas de harina.
  • Una cucharadita de bicarbonato.
  • Aceite de oliva.
  • Media taza de azucar.
  • Una cucharada de sal.
  • Nueces.
  • Amor y una fuente antiadherente antiadeherente de las que no se pega ná.

Los plátanos tiene que estar blandos, blandos, de esos que lo coges y te acuden las moscas a devorarte. Si ya tienen previamente moscas por encima, también nos pueden valer. En un bol, echamos la harina, azucar, bicarbonato y la sal. Mezclamos bien, y vamos añadiendo aceite poco a poco en lo que amasamos. Debemos parar cuando la masa no se pegue al bol, pero que no sea eso un piedro. Debe quedar suave como pechos de novicia. Añadimos los plátanos y machamos. Esta parte depende de tu nivel de implicación.  Si es máxima, lo amasaremos todo con los dedos y luego lameremos los mismos hasta que queden limpios (y nada en el bol, que se pega como un demonio). Si tenemos menos implicación (y no somos tan guarros), podemos menearlo con las varillas. Importante que quede bien machacado el platano, no a trozos visible. Se le pueden echar las nueces y remover.

Vertemos sobre una fuente de esas que no se pegan, y metemos en el horno. 160º y 40 minutos. Mejor no abrir cada 3 minutos para ver si ya está, que pierde fuelle. Y rico, riquísimo.

Dicho esto, sólo me queda un briconsejo para amantes de la vida, "nunca discutas en la camilla de masaje, salvo que lleves tu la bata blanca". Ahí lo dejo.

Besitos.

3 comentarios:

alimentos ecológicos dijo...

Buen título, no pasa desapercibido, jeje

Anónimo dijo...

Por cierto, ¿vas a preparar tupper a los niños? me acorde de ti cuando empezaron a poner la noticia por todos lados, con el quebradero de cabeza que tuviste con el menú vegetariano para Pablo (... aquellos tiempos en que nos contabas cosas, hace muchos años)

Anónimo dijo...

Pelin soez el vocabulario.Se quitan las ganas de comer eso. Puag!

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