... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

26 de noviembre de 2012

Gordeando

Buenas,

este fin de semana nos han invitado a un cumpleaños infantil. Un domingo por la tarde, a la hora que empieza la última carrera de Fórmula 1. Por menos de esto, se han declarado guerras entre estados. ¿Para cuando un cambio legislativo para que este tipo de cosas puedan acarrear pena de cárcel? O en su defecto, 50 latigazos me parecen suficiente, que tampoco hay que saturar el sistema penitenciario. ¿No se da cuenta nadie que el domingo por la tarde es el día para proceder al rascado urogenital? Con lo que gusta en nuestro hogar de escuchar el Carrusel Deportivo, jugar a la Wii, hacer palomitas, comprar aperitivos de colores vivos que provoquen epilepsia y sobretodo, no quitarse el pijama en toda la tarde!!!!


Manzaneando, me paso el día manzaneado, y los vecinos mientras tanto ...
En fin, que somos cumplidores y allí estuvimos a la hora indicada. Para ser sinceros, me desperté de la corta siesta con tal acidez de estómago que tuve que quedarme en casa un rato hasta que se me pasó. Nada tiene que ver que me recuperase cuando habían dado unas vueltas el Fernando Alonso, que estaba moribundo. Qué acidez, yo creo que fue de pensar en tener que salir a la calle un domingo por la tarde. Retomando el hilo, resulta que el cumple era de un niño mayor que Pablo que, en palabras de mi medio calabacín "le han invitado por que es el único que se puede caer encima de él y no matarle (transcripción libre)". La madre del cordero, pero si parecía un programa de Humor amarillo, cuando lanzaban un bolo gigante sobre unos señores disfrazados de bolos redondeados gigantes. Ahora entiendo lo de la obesidad infantil que mencionan en la tele. Luego dirán los padres "pues no me había fijado que mi hijo pesa 5 arrobas con 8 años, ¿no es
normal que crezca lustroso?". Traen las meriendas y me les veo comiendo hamburguesas enormes con patatas y bebiendo cocacola. Joder, que la cocacola es una tercera parte azucar, no me jorobes. "Y con cafeina" me apuntó uno de ellos.

La verdad que lo pasamos bien en el cumple, pero quedamos estupefactos por la realidad que nos viene a la carrera. Podrían haberle cedido unos kilikos a mi niño, que un día se ventosea y echa a volar. Hablando de kilos, ¿pues no me trae la tarea y veo que ponen "kilo" con "qu"? Señores que hacen libros, de toda la vida es "k" de "kilo", cagonmivida.

Besitos.

P.D: Os dejo unas manzanas asadas que se defeca la perra de lo ricas que están.

25 de noviembre de 2012

El big bang ... una mierda al lado de mi entrada triunfal a la casa de mi suegra

Buenas,

los informáticos vivimos en un mundo donde todo tiene solución. A falta de conocimientos, el amigo google está para ayudarte. En caso de no llegar, el reloj tiene 24 horas y dormir es algo accesorio. Si metes la pata, le das a control Z y mágicamente, todo vuelve a la normalidad. No me imagino teniendo que operar a alguien sin control Z "ummm, eso que me estorbaba y hemos tirado al gato era el hígado, picha huevo, picha huevo, mierda, no funciona ...." Pues eso, que en la vida real no hay vuelta atrás, es todo para delante y enmendar las cagadas.

Llego a casa de mi querida suegra y con los niños como locos por poner la chimenea. Bajo a por leña y cojo dos troncos enormes, que no les falte de ná a mis peques. Entro por la cocina y veo puesta la mosquitera. La retiro, paso a la cocina, me giro y noto que uno de los troncos, que los tenía los dos en la misma mano por cerrar la mosquitera, decide saltar. Diréis que un tronco no puede saltar, pero .... saltó con tan buena suerte que ¿donde cayo? Exacto, sobre una enorme mesa de cristal. Visto desde fuera debió ser muy cómico ver cómo explotaba en mil pedazitos diminutos una mesa, pero desde dentro de mis carnes sentí cómo me escurría y sólo tenía ganas de correr, escaparme a Francia y vivir el resto de mi vida como exiliado. Pena que no sepa francés, y esté muy gordo para correr. Una pequeña muestra del resultado de la caidita del tronco:

El cristal templado se rompe así, chicos
Ciertamente mi suegra no dijo nada, pero seguro que sacó la agenda y apunto "el gordo se ha cargado la mesa", que eso anula por lo menos un hijo. Dos pasos más así y, o tengo otro hijo que compense o riete tu de la furia de Rá.

Cambiando drásticamente de tema, el otro día en clase de Pilates pasé un momento de esos que tengo pocos en la vida. Fuí capaz de medio escandalizarme, medio quedarme perplejo. Me hago mayor, lo se. Llego al Pilates y se pone la profesora a decir que si venga, vamos a hacer abdominales como locos. Uno que es perro viejo, se queja y dice que estoy hay que hacerlo con más amor, que nos cuente antes algo, su fin de semana o lo que sea, que faltaba gente. Lo que haga falta por ahorrarme tres abominables de esas.

Así que nos contó su curso de fisioterápia ginecológica (tenía otro nombre más largo, pero se me ha olvidado). Dice que llegó allí y que las prácticas eran entre ellas mismas, así que, en pelotas y venga a meterse los dedicos unas a las otras a buscarse no se qué. Lectores, un señor de mi edad puede morir de escuchar esas historias, que nací viejo verde. Pero sigue con la historia y dice, "bueno, y había un chico, así que estuvimos tocándole la próstata". Arghhh, la próstata!!! y dice "yo me quedé sin próstata, que éramos muchas chicas y sólo un chico. Muhahahahaha, ya me la imaginaba metiéndome a una camilla a buscarme ese dichoso órgano que tanto rubor nos produce. Hemos llegado a la luna, y no somos capaces de evitar que nos metan un dedo por el ojete. Que esa es otra, a mi me metes un dedo por el ojal, y me giño vivo!!!

Ains, qué angustia, ese día el Pilates me sirvió para poco, pero me dió que pensar que la informática, por mucho que tenga Control Z, fue un gran error. Yo quiero ser fisioterapeuta de esos y hacer la fiesta del tacto genital femenino.

Besitos.

10 de noviembre de 2012

Salid de mi cuerpo, hijos de leviatán

Buenas,
o me han engordado los dedos, o me han robado teclas, o estoy tecleando con el portatil cerrado o estoy peor de lo que pensaba. He borrado tres veces el título por ilegible. Aaaaayyyyyy, que estoy muy malito. Figuraos como será, que el medio calabacín se ha ido a comprarme espacio en el camposanto. O eso he deducido de "me voy a comprar, que estás insoportable". Que tenga vistas a la residencia de señoritas, a ser posible a las duchas, que seguro que no se aleja mucho mi alma de allí y cuando venga la resurrección de los muertos, no podrá decir que le daba pereza viajar mucho y se me meta el alma de un castor de Arkansas. No, que no tengo los dientes para roer nada. Ay qué malico estoy. Al cuidado del tomate frito me han dejado, con eso os lo digo todo. Lo desgastada que tiene la vitro mi suegra, que no veo donde está la marca donde hay que dejar la sartén. Tanto limpiar no puede ser bueno.

Hablando de cosas buenas, estoy como un queso de bola, ¿de bueno? No, de gordo, muahahahahaha. Chistes aparte, ayer estuvimos en una sesión de reflexología podal, que como su propio nombre indica, se juntan varios pies y debaten sesudamente sobre los temas que les interesan. Que si los tacones, que si los callos, que si este anda descalzo, que si tal y que si Pascual. O eso me pensaba yo, que resulta que es un masaje en los pies. Por suerte me había pasado antes la radial y pude cortarme las uñas, que habían comprado los derechos a futuro los de Mejillonera Española S.A.

Resulta que en Navidad (sí, las pasadas) nos regalaron una experiencia de esas, y en noviembre la hemos aprovechado. En plena puerta del Sol. Llegamos a la puerta de la casa, una casa semi en ruinas, entramos, la caseta del portero donde sólo cabe un portero delgadico. Debajo de su silla, el correo de vecinos (que deben estar muertos, y ser el cartero del infierno, por el color de las misivas), detrás de la silla, una estufica con más años que el sol (creo que calentaba al sol al comienzo de los tiempos). Todo giraba alrededor de la silla. Por suerte, el portero no estaba. Subimos a la quinta planta, por el ascensor. La escalera, con mármoles rotos por todos los sitios. El glamour del sitio ante todo. Yo pensando en que nos iban a hacer chopsuei de ese. Pero no, el sitio en sí es muy agradable, con su masajico de pies incluido. Pero no os contaría todo este rollo, salvo por el gusto de leerme, si no fuera por el final (no feliz de esos lugares que frecuentáis). Nos ponen un té en la terraza, y nos cuenta que desde esa terraza, se retransmiten las campanadas de Nochevieja. Qué bueno. Así que, que sepáis que he estado en un sitio histórico y vosotros no, panda de perdedores, muahahahahaha.

Para rematar, comimos en el buffet libre vegetariano, que se empeñó la dueña que en calidad de entendido, le dijera como mejora el arroz kumpao (como se escriba). Es una especie de arroz duro por un lado y por otro, una salsa gelatinosa con tropezones. Malo no, lo siguiente. Con el asco que me da. Pues dos cuencos me comí por no hacerle el feo. Además, si me dices "tu que eres experto en esto", me vengo arriba. 

Finalmente, la fotografía que hoy nos ilustra es de Mari, una mariposa que encontramos dentro del tendedero hace unos días. En cuanto vino el calor, se marchó de nuevo, pero nos dejó grandes momentos de diversión como "¿Donde está la mariposa?" o "¿Donde está hoy la mariposa?" o "Ah, sigue ahí". Diversión a raudales. En ese momento, estaba sobre un cristal roto de un cuadro, que todavía estamos dilucidando si tirarlo o esperar a que me corte la femoral con él.

Besitos.

P.D: Me voy a meter en el sobre y mandarme a un lugar calentico, que estoy muy malico!!!


4 de noviembre de 2012

Brotelandia o el ataque oriental de Príncipe Pío

"Cuando se muera papá, ¿podremos tener un perrito" - Carmen,todo amor hacia su padre.


Buenas,

este puente ha sido el de "deja a los niños con los abuelos y corre, no mires atrás, apaga los móviles y suéltate la melena, nena". El jueves hicimos un paquete de hijos destino abuelilandia, y pasamos a quemar la noche de Madrid. Con decir que el viernes volvimos a las 22:25 de la noche, cuasi a rastras por culpa de los efluvios alcohólicos de dos cervezas, dos, lo digo todo. A las 9:30 que me desperté el sábado, como un joven de esos de verdad, muahahahahaha. En fin, no parece mucho, pero a todos los padres que se creen peores padres por dejar de vez en cuando a los niños con los abuelos, olvidaos de prejuicios. Mejora mucho la relación de pareja, o por lo menos te deja tiempo para tocarte el mondongo. Con decir que embadurné toda la encimera con aceite de oliva, para una mañana loca de ..... dar brillo a la encimera de granito. Jurjurjur, ya os digo, a lo loco.

Como iba diciendo, el jueves nos desmelenamos y fuimos a cenar al buffet libre vegetariano que hay por Callao. Y de paso, paramos en Príncipe Pío, en el supermercado oriental que hay. La locura. He llegado a comprar tiras secas de ternera vegetal en salazón, que mirándolas ahora, me dan hasta asco. Parecen tiras de tabaco de esas que escupen en una escupidera en las películas de vaqueros. Por no decir indecibles latas de seitán frito, que estamos preparados para un apocalipsis zombie. Me falta una escopeta y un bate de beisbol y podremos resistir. Pipas de calabaza, kikos al ajo, especias surtidas, nubes con gelatinas vegetales y surtido de cosas informes que dudo que alguna vez me coma. Tengo una balda entera que parece esto la pequeña china.

Pues una de las cosas que compré también son unas semillas de soja verde, para resucitar el aparato para hacer brotes que tengo hace años muerto de la risa. Me parece que me pasará como otras veces, que la primera hornada sale bien, y las siguientes, se escapan los brotes del aparato y tratan de conquistar el mundo. Qué recuerdos, cuando empezaron a huir los brotes, jurjur. Lo que sí es verdad que alguna vez más que un brote, eran ya plantas. Como comerse un recién nacido de esos que merendaban los comunistas en los carteles de esa España lejana en el tiempo.

Aprovechando el tirón, cogí un libro de recetas del Ikea, que no tiene mala pinta (realmente no tienen mala pinta las fotos). Hicimos unos burritos con judias (y un seitán en lata de esos, que da gloria verlo) que esta mañana levantaba el edredón nórdico sin manos. Grandiosos cuescos. A lo que iba, leo en una receta "usar especias tahilandesas, de venta en supermercados asiáticos". Esto es como si te pone "especias españolas". Estos no han ido al supermercado oriental que os cuento, que debe haber como 100 millones de especias distintas.

En fin, otro día os cuento más vivencias, que hoy ha venido mi madre y no me ha dejado explayarme.

Besitos

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